jueves, mayo 20, 2010

Quién sabrá el valor de tus deseos





Un defecto de las películas pornográficas es que dan un efecto estereotipado del orgasmo; en ellas casi se goza sistematicamente, de resultas, de acometidas redobladas, con los ojos cerrados, con la boca abierta y lanzando gritos. Ahora bien, hay orgasmos que se alcanzan en la inmovilidad o en el silencio, y que se ven venir y producirse. Tanto en la vida como en el cine se recurre a tópicos, sobre todo cuando se quiere encender o estimular el deseo. Todo el mundo tiene en los labios mas o menos las mismas palabras, obscenas o no. Los hombres suelen pedir que se les requiera a ellos o a su sexo (¿te apetece esta?, ¿te gusta así como está?, pídemela, grita mi nombre y etc, etc), mientras que las mujeres, incluso las de espíritu más independiente, siguen siendo proclives a la sujeción, hasta el extremo de pedir que les causen heridas que serían ¡diablos! tremendamente horribles (¡desfóndame!, ¡desgárrame! ¡oooh siiii, hazlo otra vez más fuerte!). A veces, me ha pasado, que cuando estoy en la intimidad me pregunto si no estoy haciendo lo mismo que he visto un sin fin de veces en alguna pantalla. Antes de la invención del cine, ¿los hombres y las mujeres empleaban la misma retórica y adecuaban a las mismas pautas su gestualidad erótica?. Pero cúanto más vivo el deleite menos cine hay. Lo compruebo en mí misma. Mientras el placer es ascendente, me empleo a fondo. Luego llega una fase en que decae el nerviosismo. El otro ya solo se encarniza sobre una masa de carne inerte. La voz se transforma. Los relatos han pasado a ser superfluos, las palabras pronunciadas se han vuelto más lacónicas. Digo sí, sí, sí y a veces acompaño esta letanía con un movimiento rápido de la cabeza, de derecha a izquierda, o bien repito: sigue, sigue; y derrepente, la voz se hace más clara, más sonora, con la calidad de dicción y la autoridad de un actor que ha aprendido a modular la voz y las palabras se espacían, las sílabas se recalcan. Hay veces en que un "sí" se convierte en un "no" y en ciertas imágines me veo hundir la cara entre las manos. No me entrego fácilemente, y en los momentos de supuesto abandono, debo de reconocer que me mantengo al acecho, siempre he prestado una gran atención a mis compañeros, sin diferenciar el grado de relación con ellos, ya fuera un apego profundo o un grado de relación pasajera, me jacto de manejar la situación y si he llegado a esto es porque siempre mido el resultado de mis iniciativas, me he sorprendido miméticamente tics y exclamaciones propias de fulano, vale decir que hay veces que he dejado que mi placer pase a segundo plano; he tardado mucho, muchísimo en descubrir las caricias y posturas que me agradan más, entretanto pienso; cúantos cuerpos y rostros agenos he observado absorta, recuerdo con relativa exactitud el cuerpo de alguno de mis compañeros e incluso de lo que perduraba en su cara en el preciso momento en que huía la otra parte de su ser, se asocian a estas imágines los gestos convulsivos y el lenguaje peculiar de cada uno, puede haberme seducido la belleza física de algún hombre, pero no por eso quiere decir que he notado los defectos que cortan en seco toda fascinación... como cuando noté una mancha de naciemiento en uno de ellos, la última vez que lo ví...

3 comentarios:

franhilz dijo...

en general en el cine el sexo aparece exagerado en algún sentido - demasiado potente, demasiado romántico, demasiado...

por documentos semihistóricos parece que siempre hemos hecho las mismas cosas en la cama o en algún otro sitio. me refiero a esos compendios japoneses de sexo, o al kamasutra hindú.

finalmente, siempre he creído que el buen sexo viene cuando hay un buen entendimiento (o afiatamiento, o engranaje) en la pareja, tanto físico como motivacional.

saludos!

Frank
http://lineasymanchas.blogspot.com/

Koke "Gatoapilas" Pardo dijo...

Es interesante lo que planteas, porque debo reconocer que lo que he aprendido de la parte práctica del Sexo ha sido gracias a las películas Porno. Reemplacé mi corta experiencia por experiencias grabadas para la excitación de otros. Y debido he adquirido tics, que no me cuestiono, si no que aplico para hacer la experiencia más placentera.
Pero en realidad, como dice el hombre que ya comentó, en realidad lo que deleita del sexo y lo hace inolvidable, es lo que compartes. No sabría como explicarlo, ya que las palabras son pequeñas ante algo tan grande, pero creo que podría ser la palabra complicidad.

soledá dijo...

hola chicos, yo cada vez que puedo sigo aprendiendo, cuando no tengo chocolates tengo sexo, cuando tengo sexo me evito un par de espinillas, hay tantos plus que se pueden agregar que si una pareja no tiene buen sexo es porque simplemente la química no existe! no hay! las feromonas no se sienten o no son compatibles, así de simple...