DESPUES DE TODO...

No tenía miedo a las dificultades; lo que le asustaba era la obligación de tener que escoger siempre un camino, escoger un camino significaba: ABANDONAR OTROS... Tenía un vida entera para vivir, y siempre pensaba que quizá se arrepintiera, en el futuro, de las cosas que quería hacer ahora.
Tengo miedo- pensó- Quería recorrer todos los caminos posibles, e iba a acabar no recorriendo ninguno... Claro, estas cosas siempre están presentes en aquél camino y la única manera de evitarlas era renunciando a recorrelo; para no sufrir era preciso, como si para no ver las cosas malas de la vida, terminase necesitando agujerearse los ojos, había que correr riesgos, seguir ciertos caminos y abandonar otros.
Recordó a las personas que siguen los caminos tan sólo para probar que no sirven para ellas, pero ésto no era lo peor, lo peor era escoger y pasarse el resto de la vida pensando si se escogió bien. Nadie es capaz de escoger sin algo de miedo...
No obstante, ésta era la ley de la vida, aunque jamás tomase una decisión, aunque no tuviese valor para cambiar nada; porque esto en sí ya era una decisión, un cambio...