domingo, marzo 22, 2009

Escribí durante el día, y otro, y otro más...


Cierto atardecer cuando ya estaba llegando al final del manuscrito, le oí llegar; el corazón me saltó en el pecho, pero no quería creerlo. Me estoy sintiendo libre-me dije- ya me sentía libre de todo, y estaba preparada para volver al mundo y formar, nuevamente, parte de él.
Lo más difícil ya lo estab pasando.
OH! pero mi corazón me está haciendo sentir; quizás ese es el motivo por el cual no suelo contestar preguntas, pensé; seguí escribiendo, pero ya no podía coordinar los pensamientos.
Mi corazón daba brincos tratando de liberarse de mi pecho y correr al encuentro, pero yo no le dejaba, era esa mujer fuerte que hay en mí, la que debía ir.
Me esperaba sentado, pasamos un momento así,, sin decir una palabra, y me acordé del silencio de una noche de verano junto al mar, donde derrepente entendí a mi corazón.
Antes de eso no lograba ver con claridad, entonces recorría lugares tratando de encontrarlo, hasta que decidí regresar y lo ví.
Quiero que sepas una cosa-le dije con el pensamiento- LEE - y le di los papeles que tenía en el regazo.
Quizás más de una vez él interrumpió la lectura, y se quedó con la mirada perdida en el horizonte, absorto en sus pensamientos, tal vez...
En cierto momento, resolví ir a dar una vuelta por mi bosque, por las pequeñas cascadas, por las laderas llenas de historias y significados.
"Tengo miedo de hablar, sintiendo que volvía poco a poco a la vida; entonces recordé el salmo 137; habla de las personas que cuelgan sus cítaras porque no pueden cantar la música que les pide el corazón.
No lo sé, pero Dios siempre me da una segunda oportunidad. Y me ayudará a encontrar mi camino, iré en busca de mis deseos-pensé-los sueños dan trabajo...

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