domingo, marzo 29, 2009


Tengo que confiar en él-se alentaba a si misma- si creo que de él puedo aprender, también he de creer que me puede guiar.
Continuaron caminando. Él parecía andar sin rumbo, de un lado para otro, cambiando de dirección sin que ningún obstáculo estuviese interrumpiendo su camino. Es un hombre interesante-pensó para sí.
"Quien sabe si me está probando" estaba resuelta a ir hasta el fin con aquélla experiencia y procuraba demostrar que todo lo que estaba ocurriendo, eran cosas perfectamente, normales.
Quizá quiera aprender de él porque es misterioso y oculto; porque tiene respuestas que pocos seres humanos consiguen encontrar en toda su vida.
No sabía qué decir. Se quedó deseando que él volviese a su silencio habitual porque tenía miedo de dar una respuesta.
Tal vez las mujeres necesitasen más a los hombres, que los hombres a las mujeres.
Voy a hacerte una pregunta-dijo-respiró aliviada, era tan solo una pregunta. No precisaba mentir, eso era todo.
Se sentó frente a ella, sus ojos estaban brillantes, supongamos que yo comience a enseñarte lo que aprendí, comience a mostrarte los universos paralelos, la sabiduría de la naturaleza, los misterios; y cierto día vas hasta la ciudad y encuentras en la mitad de la calle al hombre de tu vida.
"No sabría reconocerlo", pensó ella, pero resolvió quedarse callada, la pregunta paresia más dificil de lo que había imaginado ¿dejarías todo lo que haz aprendido hasta entonces, para quedarte con el hombre de tu vida?
-No veo ninguna contraindicación entre mi búsqueda y mi felicidad, ¿abandonarías todo?.
Hubo una época en que nada en el mundo era tan importante como ella misma. Tuvo muchos novios, siempre creyó que amaba a cada uno de ellos y siempre vió el amor acabarse de un momento a otro. De todo lo que conocía hasta entonces el amor era lo más difícil.
Actualmente, salía con alguien que tenía poco más que su edad, estudiaba, trabajaba y veía el mundo totalmente, distinto a todos los demás. Nuevamente, estaba creyendo en sus sentimientos, apostándoles, pero se había desepsionado tantas veces que ya no estaba segura de nada. Pero, aún así, esta continuaba siendo una gran apuesta a sus sentimientos.
Es preciso tener confianza en la capacidad que cada persona tiene de enseñarse a si misma.
Cuando alguien encuentra su camino, no puede tener miedo, tiene que tener el coraje suficiente para dar pasos errados, las desepciones, las derrotas, el desanimo, son herramientas que Dios utiliza para mostrar el camino, herramientas extrañas, muchas veces hacen que las personas desistan...

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